Federico Engels, a los 201 años de su nacimiento

Hace 201 años, un día como hoy, 28 de noviembre de 1821, nació en Alemania Federico Engels (Friedrich Engels en su idioma nativo), el compañero entrañable de Carlos Marx y cofundador del marxismo revolucionario. Nació de una familia burguesa, pero por su calidad humana, desde muy joven tomó posición por los intereses y el destino del proletariado mundial; y desde su temprana edad se vinculó con el movimiento cartista de Inglaterra y la Liga de los Justos, organización de los trabajadores alemanes exiliados en Inglaterra, fruto de ello surgió su crítica al capitalismo en su “Esbozo para una Crítica de la Economía Política” y su preclara obra juvenil “La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra”, dedicada a la Clase Obrera de Gran Bretaña. Más tarde, superando su filosofía hegeliana juvenil, abordó los estudios del socialismo francés y de la economía política inglesa buscando resolver el problema del rol de la economía en los acontecimientos políticos y culturales.

En 1945 formó amistad ejemplar con Carlos Marx ; y  juntos resolvieron los enigmas de la filosofía y la historia que abrumaban a los hombres. Demostraron que el hombre es tan objetivo como la naturaleza, porque el hombre también es naturaleza y rompieron con la visión idealista del mundo en su libro de autoría compartida “La Sagrada Familia o Crítica de la Crítica Crítica” y juntos sentaron los pilares de la concepción materialista de la historia en su obra “La Ideología Alemana”. Igualmente, juntos mostraron al mundo la validez de su concepción materialista de la historia en su análisis contenido en el “Manifiesto del Partido Comunista” y, luego, Marx daría la demostración rigurosamente científica con su obra monumental, “El Capital”, desentrañando las leyes del desarrollo del modo de producción capitalista.

Carlos Marx no hubiera podido dar a luz su libro “El Capital” si no fuera por el apoyo incondicional y desinteresado de Federico Engels. En aquel tiempo, Marx había sido deportado de Alemania y Francia estableciéndose en Londres, donde la burguesía le negaba todo trabajo que pudiera ser compatible con su investigación del modo de producción capitalista, de modo que las pocas oportunidades de redactor periodístico que obtenía eran completamente insuficientes para mantener su familia, por lo que Engels tuvo que socorrerlos hasta la publicación del primer tomo de «El Capital» el año de 1867.  sin embargo, su contribución a esta obra, no fue sólo en su labor altruista con el amigo, sino también en su contribución teórica y argumentativa, con sus comentarios, consejos y recomendaciones e incluso, con brindarle información que no se encontraba en la biblioteca del Museo Británico. Por ello, Marx le pidió a Engels que escribiera alguna parte para incluirlo en su libro y de ese modo se publique con la autoría de ambos, pero por su nobleza y humildad, Engels no aceptó.

Por su contribución y compenetración con El Capital, Marx, antes de morir en 1883, pidió a Engels que se encargue de la preparación para la imprenta de los siguientes tomos, según el plan de publicación elaborado. La tarea pudo cumplirse hasta el tercer libro, el cáncer lo traicionó en 1895, trasladando la tarea a Karl Kautsky, quien publicará el cuarto libro referente a la historia de la plusvalía. No cabe duda que Federico Engels, autodidacta, que decía que se le exigirá mucho más “por ser ‘filósofo viajante de comercio’ y no haber adquirido el derecho a filosofar mediante un diploma de doctor”[1], es el coautor del marxismo revolucionario. Circunstancias históricas han hecho que se hable de marxismo-leninismo, marxismo-leninismo-maoísmo, o marxismo-gramsciano o marxismo trotskista o marxismo crítico; pero su legado solamente es comparable al de Marx.

Lenin a la muerte de Engels decía:

“Marx y Engels fueron los primeros en demostrar que la clase obrera, con sus reivindicaciones, es el resultado necesario del sistema económico actual que, con la burguesía, crea y organiza inevitablemente al proletariado. Demostraron que la humanidad se verá liberada de las calamidades que la azotan actualmente, no por los esfuerzos bienintencionados de algunas nobles personalidades, sino por la lucha de clase del proletariado organizado. Marx y Engels fueron los primeros en esclarecer en sus obras científicas que el socialismo no es una invención de soñadores, sino la meta final y el resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la sociedad contemporánea. Toda la historia escrita hasta ahora es la historia de la lucha de clases, del cambio sucesivo en el dominio y en la victoria de una clase social sobre otra. Y esto continuará hasta que desaparezcan las bases de la lucha de clases y del dominio de clase: la propiedad privada y la producción social caótica. Los intereses del proletariado exigen que dichas bases sean destruidas, por lo que la lucha de clases consciente de los obreros organizados debe ser dirigida contra ellas. Y toda lucha de clases es una lucha política.”[2]

No obstante, existen corrientes políticas que autonombrándose defensores del marxismo contraponen a Engels de Marx. Argumentan que los escritos propios de Engels, por no tener la agudeza de Marx, ha permitido el desarrollo de posiciones deterministas o excesivamente deterministas que han derivado en las corrientes “economicistas” del movimiento obrero, que privilegian la lucha económica contra la política. Así, por ejemplo, Ernest Kohan, de las filas del “marxismo crítico” señala que en el libro Anti Dühring de Engels: “… economía y violencia, factor económico y factor político, mercado y lucha de clases, terminan concibiéndose en este libro como dos ámbitos separados. Si Dühring ponía el énfasis en los segundos, Engels lo hizo en los primeros, ganando de ese modo la polémica, pero al precio altísimo de mantener la dicotomía entre ambos planos de las relaciones sociales.”[3].  Miradas de este tipo, que no examinan la obra de conjunto de Marx y Engels y toman referencias parciales y unilaterales, no tienen otra finalidad que sustentar sus propias interpretaciones que desnaturalizan el pensamiento revolucionario del marxismo.

Otros autores de la misma traza de razonamientos, señalan que al no conocerse los escritos de juventud inéditos de Marx, los marxistas tuvieron fuertes problemas interpretativos, pues hasta «El Capital» habría tenido otra connotación. Lo que no dicen es, que estos documentos, en posesión del partido socialdemócrata alemán, se publicaron recién en 1932 y los marxistas hasta esa época se nutrieron solo de las obras ya publicadas por Marx y Engels y con ellas, se desarrollaron poderosos partidos marxistas, que no todos cayeron en el “economicismo” ni en el  “excesivo determinismo”, y de los cuales surgieron dos revoluciones triunfantes: la Revolución Rusa, dirigido por el Partido Bolchevique y la Revolución China dirigido por el Partido Comunista Chino, las que desmienten categóricamente a quienes desean atribuir a Marx y Engels,  las interpretaciones erradas que hagan de su pensamiento y solo esconden las verdaderas causas y limitaciones de los marxistas que, desde el triunfo de la revolución vietnamita, no han logrado otra revolución triunfante.

Notas

[1] Carta de Engels a Arnold Ruge, 26- 97-1842 tomado de Heinrich Gemkow, Biografía Completa, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1976.

[2] Lenin, Federico Engels, en la recopilación Rabótnik, números 1-2, Ediciones de Lenguas Extranjeras, Beijing, 1980.

[3] Ernest Kohan, Nuestro Marx, (pp.61-62), https://www.rebelion.org/98548,pdf

Carlos Alarcón Aliaga