Después de la caída de la Unión Soviética, la burguesía impuso el neoliberalismo en el mundo, anulando gran parte de los derechos conquistados por los trabajadores; pero al mismo tiempo, mostrándose incapaz de controlar las fuerzas demoniacas que había engendrado, tal como lo señaló el Manifiesto del Partido Comunista1C. Marx y F. Engels, El Manifiesto del Partido Comunista, pp. 39-40, Ediciones de Lenguas Extranjeras, Pekín.. Desde aquel entonces, las crisis económicas han sido reiterativas de país en país hasta la gran crisis del 2008, del cual, el capitalismo no ha tenido oportunidad de recuperarse y se ha profundizado y extendido a todo el planeta con la pandemia del coronavirus.
El sufrimiento de los trabajadores y del pueblo ha sido indecible, porque son ellos las principales víctimas de la pandemia, son quienes pierden su empleo, se les rebajan los salarios, se les quita sus derechos, quienes quiebran como micro emprendimientos de subsistencia, tanto en la ciudad como en el campo. En este panorama crece el descontento y el anhelo de un cambio radical profundo y una repulsa al sistema capitalista a nivel mundial. Pero, estos anhelos populares y espontáneos de ruptura con el sistema capitalista no se expresan en luchas revolucionarias, ni lo harán; si no cuentan con la organización gremial y política revolucionaria adecuada, en suma, si no cuentan con un partido marxista y leninista férreamente entrelazado con el pueblo que pueda señalar el rumbo socialista, como la real alternativa para acabar con el régimen de explotación y opresión que los agobia.
Esto es así, porque en el S. XXI, los partidos comunistas, socialistas y de izquierda que se dicen representar los intereses de los trabajadores y el pueblo, han abandonado el marxismo y el leninismo. Conscientes o inconscientes se han plegado a la campaña anti socialista y anti marxista de la burguesía imperialista. Se han acogido a la patraña de que el capitalismo es la única alternativa viable y realista, al que solo debemos democratizar y quitarle su lado salvaje, convirtiéndose todas estas organizaciones, en furgón de cola de las burguesías y convirtiendo a la política en un medio para escalar posiciones socialmente; si no es, también, para acumular riqueza. Por eso, con toda razón las masas los han abandonado, viéndolos como otros tantos oportunistas burgueses que sólo les interesa conquistar su voto.
El Perú no escapa a esta tragedia política, en las últimas elecciones presidenciales, las masas populares viraron a la izquierda y eligieron a un partido y a un presidente que suponían que podría promover el cambio anhelado y cambiar la constitución neoliberal. Sin embargo, una vez en el gobierno inmediatamente mostraron la debilidad política, la orfandad ideológica y programática y el oportunismo de la militancia con el que se había conformado, tan igual que las demás organizaciones que fungen de izquierdistas y hasta de marxistas, con el agravante de una pobre formación intelectual y de experiencia gubernamental.
Esta situación de crisis de la llamada izquierda, no es solamente consecuencia de la desmoralización de los marxistas por las derrotas sufridas por acción de las dictaduras militares y la derrota de la Unión Soviética, sino también por una fabulosa campaña multimillonaria del imperialismo norteamericano y europeo para destruir ideológicamente al pensamiento marxista. Promoción de cátedras, seminarios, fórum, cooperación no gubernamental, etc. para combatir directamente al marxismo, para presentarlo como una teoría equivocada, ya caduca o desfasada históricamente.
Pero, cuando los hechos económicos y políticos ya no pueden ser camuflados y se muestra la crudeza de la realidad capitalista, las burguesías comprendieron que el “regreso” de Marx no podía ser impedido, y por ello; encontraron la estrategia de combatir a Marx fungiendo ser al mismo tiempo marxistas y criticar desde dentro los errores de la teoría por ser “doctrinaria”, “determinista economicista”, “mecanicista”, “voluntarista”, “materialista”, “dogmática”, etc. y sobre todo ser un engendro de la Unión Soviética, leninista y stalinista. Unos conscientemente ingresaron a esta cruzada anti comunista y otros inconscientemente se sumaron por pureza intelectual o por miedo al socialismo soviético e incluso chino, contribuyendo a formar a la izquierda que actualmente tenemos, con las consecuencias políticas que estamos observando.
SEPARAR A MARX DE ENGELS PARA COMBATIR AL MATERIALISMO DIALÉCTICO
Dentro de esta corriente, surge la estrategia de combatir la teoría marxista disociando a sus fundadores. La estrategia no es nueva, solamente que ahora renace como parte del pensamiento marxista latinoamericano, y muchos intelectuales lo asumen como si fuera parte de las corrientes del regreso de Carlos Marx. Sin duda, detrás hay una carga ideológica formada por distintos intelectuales muy fuerte y de muchos años; que han preferido a un Marx discípulo fiel de Hegel, alejado del “materialismo dogmático y determinista”.
Néstor Kohan es uno de los intelectuales que más ha sistematizado esta postura ideológica. No considero que él sea uno de los comprometidos con el imperialismo, ya que él mismo denuncia la maniobra imperialista comentada, en la introducción a su libro “Nuestro Marx”. Sin embargo, mis observaciones se atienen a lo que él argumenta en su libro sobre Engels, donde presenta a Engels con una filosofía propia y diferente al de Marx, disociando el pensamiento de uno del otro. Para él, Engels sería mecanicista, determinista, economicista y productivista, en cambio; de Marx no dice nada, y se supone que sería todo lo contrario.
Satanizar el materialismo dialéctico para crear la repulsa subjetiva
“El regreso de Marx debe darse, pero sin el materialismo dialéctico”, es lo que argumenta Kohan en su libro Nuestro Marx. “Recuperar a Marx para los debates contemporáneos presupone también ajustar las cuentas con otro de los pesados obstáculos que lo han acompañado, el denominado «materialismo dialéctico», interpretación hegemónica de la filosofía del marxismo durante la mayor parte del siglo XX.”2Néstor Kohan, Nuestro Marx, p. 91, Rebelión. Kohan, pues, se propone ajustarle las cuentas al “denominado” materialismo dialéctico que fue la interpretación predominante en el siglo XX. No se propone demoler simplemente al materialismo, sino al materialismo dialéctico. Y este ajuste de cuentas no es tan sólo por ser un obstáculo pesado, sino, también porque el “materialismo dialéctico” es un engendro de la Unión Soviética dominada por el stalinismo.
Kohan nos dice que: “El DIAMAT —tal como denominaban los manuales de la Unión Soviética al materialismo dialéctico— constituye una doctrina y un sistema de pensamiento…”.3Ibid., p. 91 Así, pues, el materialismo dialéctico no es la base de una nueva concepción del mundo y de la “nueva cultura” del que hablaba Gramsci, sino una invención de la Unión Soviética stalinista. Luego señala que, para blindarla de toda crítica, aprovecharon la muerte de Lenin para: “… designar el nuevo sistema «marxismo [-] leninismo» ¿Cómo analizar y cuestionar esto sin “traicionar” el legado leninista y convertirse automáticamente en un “renegado”? La operación fue realmente inteligente y sagaz. El dogma había creado sus propios dispositivos de control.”4Ídem.
La creación del materialismo dialéctico fue, pues, según Kohan, una patraña cuidadosamente planificada para la imposición de la anti ciencia e imponer el dogma. Se crea el “marxismo-leninismo”, para impedir su cuestionamiento, porque si alguien lo hace, estaría cuestionando al propio Lenin. De esa manera se encapsuló el “materialismo dialéctico” para preservarlo como dogma. Con esta artimaña, hace aparecer al materialismo dialéctico como sinónimo del llamado DIAMAT stalinista, lo que constituye, también, una gran patraña para ahuyentar del marxismo a los jóvenes, que imbuidos de nobles ideales desean luchar contra las injusticias que trae el sistema capitalista, y tengan raparos y hasta temor frente al materialismo dialéctico.
Kohan presenta a Engels como el primer cimiento del DIAMAT
Kohan centra sus fuegos contra el materialismo dialéctico, porque esta concepción se ha infiltrado en el marxismo gracias a las ventanas que Engels dejo abiertas, de lo contrario el DIAMAT no hubiera tenido cabida. Así escribe: “… Friedrich Engels sostiene en 1877 — diez años después de la publicación del tomo primero de El Capital—, que el «nuevo materialismo» de Marx es un «materialismo sencillamente dialéctico, y no necesita filosofía alguna que esté por encima de las demás ciencias».”5Ibid., p. 92
Lo que le fastidia realmente a Kohan es que el marxismo incluya en su concepción el materialismo. No le importa que Marx haya zanjado con el materialismo mecanicista y metafísico, y su materialismo sea dialéctico, donde ambos se tornan inseparables. La dialéctica sin el materialismo es pura fantasía, no es nada, y, por lo mismo, el materialismo sin la dialéctica es fósil muerto, sin vida. Sin embargo, para Kohan, Marx no debe aparecer como materialista y afirma que es Engels el responsable inicial de ello: “Más allá de la historia del término, es indudable que el primer cimiento de este «sistema» fue aportado y proporcionado por el autor del Anti-Dühring, principalmente en la obra de sus últimos años.”6Ídem.
Es decir, es Engels el que sienta la primera base del “dogmático” materialismo dialéctico, liberando de esta responsabilidad a Carlos Marx. Se oculta que Engels no hace más que indicar la nueva concepción de su amigo con la absoluta seguridad de compartirla. No existe escrito, carta o testimonio alguno que den cuenta de alguna molestia o desmentido de Marx por las afirmaciones de Engels. Si alguien duda de la afirmación de Engels de haberle leído a su amigo el texto íntegro de su Anti-Dühring, hay señalamientos explícitos de Marx sobre su coautoría de la concepción materialista dialéctica.
Marx mismo en el Postfacio de El Capital (1872), antes que Engels escribiera su Anti-Dühring, se refiere a la base materialista de su método. Transcribe la descripción de su método que se hizo en la revista rusa Wiestnik Ievropi (El Mensajero Europeo) y expresa: «Después de transcribir unas líneas de mi prólogo a la Crítica de la Economía Política (Berlín, 1958, pp. IV – VII), en la que expongo la base materialista de mi método…”7Carlos Marx, El Capital, tomo I, p. XXI-XXII, Fondo de Cultura Económico, México, 1971. Luego más adelante dice en referencia al mismo artículo: «Pues bien, al exponer lo que él llama mi verdadero método de una manera tan acertada, y tan benévolamente en lo que se refiere a mi modo personal de aplicarlo, ¿qué hace el autor sino describir el método dialéctico?»8Ibid., p. XXIII.
Pues bien, Marx nos dice en ambas citas, que su método es materialista y es dialéctico. Para que no queden mayores dudas Marx le escribe a Ludwig Kugelmann el 6 de marzo 1868, nueve años antes de la publicación del Anti-Dühring: “Sabe muy bien ―se refiere a Dühring―que mi método de desarrollo no es el de Hegel, porque yo soy materialista y Hegel idealista. La dialéctica hegeliana constituye la forma fundamental de toda dialéctica, pero solamente después de despojársele de su forma mística, y es precisamente esto lo que distingue a mi método.”9C. Marx y F. Engels, Obras Filosóficas, p. 680, Fondo de Cultura Económico, 1986
Kohan aparenta disminuir la responsabilidad de Engels en el DIAMAT cuando señala: “Aunque, a decir verdad, —y aun sin dejar de remarcar en ningún momento las notables diferencias que separan su perspectiva filosófica de la de Marx—, debemos subrayar con Sacristán que las perjudiciales consecuencias que esta tradición teórica ha tenido para el marxismo «son menos imputables al propio Engels que a las vicisitudes del movimiento obrero y de la construcción del socialismo en la URSS».”10Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 92
Sabedor, Kohan, de la poca consistencia de sus afirmaciones sobre Engels, se apoya en Manuel Sacristán para aparentar atenuar la “responsabilidad” de Engels en “las perjudiciales consecuencias que esta tradición teórica ha tenido para el marxismo”. Pero, estas responsabilidades que Sacristán imputa a Engels, no es por una postura materialista que ayudó a consolidar el DIAMAT en la Unión Soviética, sino porque le encuentra reminiscencias idealistas hegelianas. Así lo señala expresamente Sacristán en el texto aludido: “La visible inmadurez de la exposición de la dialéctica marxista en el Anti-Dühring y en la Dialéctica de la naturaleza, el hecho de que Hegel no sea sólo inspirador del pensamiento dialéctico de Engels, sino, a veces, idealista dominador del mismo, y la circunstancia de que, como consecuencia de ello, Engels asuma algunas actitudes metodológicamente regresivas y paralizadoras de la ciencia…”11Manuel Sacristán, “La tarea de Engels en el «Anti-Dühring», en F. Engels, Anti-Dühring, p. XXIII, Editorial Grijalbo, México, 1968.
El catedrático argentino no presenta el pensamiento de Marx para cotejarla con la de Engels, antes más, agrega que existen “notables diferencias” entre ambos de “perspectiva filosófica”, pero sin mencionar alguna de ellas en todo el libro. Diferencias que no serían secundarias, pues atañen a lo sustancial de sus pensamientos filosóficos – que a su parecer – tienen perspectivas distintas.
En síntesis, Kohan pretende disociar el pensamiento de Marx y de Engels, sobre la base de supuestas “diferencias sustanciales” respecto al materialismo dialéctico. Sin embargo, hemos constatado que Marx y Engels son materialistas dialécticos, quizás uno más refinado y desarrollado que el otro, pero no se conocen diferencias notables en sus concepciones filosóficas. Eso no quiere decir que sus idea sean 100% homogéneas, sin diferencias, pues eso sería el caso más extraño del mundo; en sus cartas podemos encontrar el intercambio de opiniones sobre diversos temas, no necesariamente coincidentes, pero ninguna de ellas tiene consecuencias negativas en la concepción filosófica de fondo. En todo caso no son diferencias del mismo calibre, como las que existen entre Hegel, Kant o Fichte, claramente expresas, aunque todos dentro de una misma concepción idealista.
LA DICOTOMÍA MATERIA Y ESPÍRITU, OTRA OCASIÓN PARA TERGIVERSAR A ENGELS
Kohan insiste en demostrar que el materialismo dialéctico es una invención de Engels, la que sería una de sus diferencias notables con Marx. Con esta intención escribe: “Para Engels, el problema central de toda la filosofía, especialmente de la moderna, reside en la cuestión que aborda la relación existente entre el pensar y el ser, el espíritu y la naturaleza. Si pensar se identifica con espíritu, entonces ser es idéntico a naturaleza.”12Néstor Kohan, Óp. Cit., p, 92
Kohan inventa que para Engels el ser es idéntico a naturaleza por simple inferencia de llamarse materialista. Es un simple juego de palabras para decir que Engels sólo reconoce los elementos físicos y desconoce los elementos espirituales. Con ello introduce dos problemas filosóficos para fundamentar su suposición. El primero de ellos es la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la materia, entre la conciencia y el objeto, y el segundo, derivado de lo anterior, de quien es primero o quien es lo primordial, el espíritu o la materia.
¿Todo lo existente, es solo naturaleza o solo espíritu?
En la filosofía europea, especialmente desde Descartes, se desarrolla la dicotomía filosófica entre el ser y el espíritu. El pensador francés separa el espíritu del cuerpo humano y el idealismo clásico alemán lo lleva a su máxima expresión. De esta manera, el espíritu, considerada como la entidad primaria, asume independencia total del hombre, con existencia propia y autónoma. Las diferencias entre las diversas filosofías se dan, en términos generales, en torno a cómo cada de ellas entiende la relación suprema del espíritu con las cosas materiales. Pero, para todas ellas el ser es la naturaleza.
Finalmente, Hegel, que considera lo espiritual como la idea, resuelve esta dicotomía identificando la naturaleza con la idea; o sea, espíritu y materia son idénticas, puesto que la idea, en su desarrollo, se enajena y se convierte en naturaleza, la materia es esencialmente idea, por lo que el conocimiento no es más que un proceso de auto conocimiento del espíritu, hasta llegar a un estado de autoconciencia.
Este razonamiento está en total discordancia con la concepción marxista de la realidad. A diferencia de la filosofía idealista, Marx y Engels fundamentan la unidad dialéctica del espíritu y la materia, indisolublemente ligadas en el ser humano. Engels, en su Anti-Dühring lo expresa del siguiente modo: “Todo esto pasa cuando se toma tranquila y naturalísticamente la «consciencia», «el pensamiento», como algo dado y contrapuesto desde el principio al ser, a la naturaleza. […]. Mas si se sigue preguntando qué son el pensamiento y la consciencia y de dónde vienen, se halla que son productos del cerebro humano, y que el hombre mismo es un producto de la naturaleza.”13Federico Engels, Anti-Dühring, p. 22, Editorial Grijalbo, México, 1968 Por su parte, Marx en los Manuscritos de 1844, antes de conocer a Engels, ya lo decía con todas sus letras: “Pensar y ser, por tanto, aunque distintos, constituyen al mismo tiempo, conjuntamente, una unidad.”14Carlos Marx, “Manuscritos económicos y filosóficos”, en C. Marx y F. Engels Escritos Económicos Varios, p. 85. Editorial Grijalbo.
Es decir, es la unidad del cuerpo y del espíritu que se da en el hombre. El ser humano no es sólo espíritu, como tampoco puede ser solo cuerpo orgánico. El espíritu es fruto del cerebro y no puede existir independientemente del cuerpo. Es una unidad de contrarios donde espíritu y materia se condicionan mutuamente y no pueden eliminarse una a otra sin eliminar al hombre. Como dice Marx, es unidad en la diferencia, por lo que no son lo mismo. Si bien el espíritu es un producto del cerebro humano, es diferente de la materia. El espíritu y todas sus manifestaciones son una realidad tan igual que las de la naturaleza, y no están escindidas por abismos infranqueables. Ambos están estrechamente enlazados y en interacción dialéctica.
Desde este punto de vista, no hay coincidencia en lo que la filosofía idealista entiende por espíritu y por ser. Para el idealismo el espíritu se escinde de la materia y en Hegel llega, incluso, a tener existencia propia independiente de la naturaleza, como lo señala Marx en el Postfacio de 1872 de El Capital. De esta manera, el espíritu nunca es ser, escapa a la existencia misma como algo extranatural, escapa a la realidad. Por eso, para Marx y Engels el ser es todo lo que existe independientemente de la conciencia del hombre, consiguientemente no puede equipararse al ser únicamente con la naturaleza; el ser también es el hombre y su espíritu. Por tanto, Kohan lanza una acusación falsa contra Engels y el materialismo dialéctico
¿Quién es primero, el espíritu o la naturaleza?
Ahora, podemos entender el segundo problema planteado por Kohan, sobre quien es primero el espíritu o la naturaleza. Engels ya presentó su punto de vista sobre este problema. Pero no es sólo Engels quien lo define, sino, también, el propio Marx en el Prefacio de 1872, lo señala con toda claridad: “Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y esto la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre.”15Carlos Marx, El Capital, Óp. Cit., p. XXIII.[1]
Marx señala que para Hegel el pensamiento, al que le da el nombre de idea y lo convierte en sujeto con vida propia, es el que da origen a todo lo real; por eso, su concepción es idealista. Por el contrario, Marx considera que el pensamiento y todas las ideas es obra del cerebro humano, un elemento totalmente material; en otras palabras, el espíritu surge de la naturaleza, lo opuesto a lo establecido por la filosofía idealista. Por ello, si Kohan discrepa con el materialismo de Engels, debe refutar a Marx, demostrar que sus puntos de vista son equivocados, y no simular un combate en que supuestamente se escuda al creador del materialismo dialéctico.
LA FORMA MECANICISTA DE INVALIDAR EL MATERIALISMO DIALÉCTICO
Kohan, en toda su argumentación trata de mostrar las diferencias de perspectiva filosófica entre Federico Engels y Carlos Marx, pero en ningún momento contrasta sus pensamientos porque sabe que nos lo va encontrará; en lugar de ello, lo que hace es contrastar a Engels con sus propias concepciones, dando a creer que son las del creador del marxismo. Un ingenioso ardid para desnaturalizar el marxismo revolucionario y sin rubor alguno no cesa en su intento.
Se le quiere atribuir a Engels que “Lo único real es la naturaleza”
Como la filosofía de Engels es lo contrario al de Hegel, Kohan deduce que: “Para Engels, entonces, el materialismo sería aquella corriente que postula que «lo único real es la naturaleza».”16Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 93 Ya indicamos que la filosofía idealista establece la separación abismal entre el ser y el espíritu, y que Hegel resuelve esta dicotomía convirtiéndolo todo en idea. Entonces Kohan infiere automáticamente de que para Engels todo es naturaleza, ya que es materialista, lo contrario al de Hegel. A este raciocinio mecanicista lo único que le hace falta es encontrar frases de Engels, sacarlas de su contexto y darle una apariencia de realidad, para tener la adulteración perfecta.
Como no encuentra la frase adecuada, Kohan nos pone como referencia el libro “Ludwig Feuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana”, en el que Engels hace un recuento sucinto de la historia de la filosofía. Nos dice, que en el momento de la descomposición de la escuela hegeliana, los jóvenes hegelianos, por la necesidad de luchar contra la religión, se vieron obligaos de recurrir “hasta el materialismo anglofrancés. Y al llegar aquí, se vieron envueltos en un conflicto con su sistema de escuela. Mientras que para el materialismo lo único real es la naturaleza, en el sistema hegeliano ésta representa tan sólo la «enajenación» de la idea absoluta, …”17Federico Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana,
Como leemos en la referencia, Engels alude al materialismo anglo-francés, y es esta corriente materialista quien sostiene que “lo único real es la naturaleza”. A ese materialismo Marx y Engels lo califican de metafísico, porque, como dice el autor del Anti-Dühring: “Para el metafísico, las cosas y sus imágenes mentales, los conceptos, son objetos de investigación dados de una vez para siempre, aislados, uno tras otro y sin necesidad de contemplar el otro, firmes, fijos y rígidos.”18Federico Engels, Anti-Dühring, p. 7, Editorial Grijalbo, México, 1968. Ya señalamos que para Marx y Engels la materia y el espíritu forma una unidad dialéctica, porque así se presentan en la realidad humana. Una unidad en la diferencia, pero de manera indisolublemente entrelazada, por eso, no todo es espíritu, como sostiene Hegel, ni tampoco todo es naturaleza, como se le atribuye a Engels. Espíritu y naturaleza forma una unidad dialéctica, pero no son idénticos como sostiene el idealismo hegeliano. Espíritu y naturaleza mantienen su propias realidades, pero siempre enlazados.
El asunto es que Kohan considera que existe un solo tipo de materialismo. Marx y Engels, al construir una nueva concepción del mundo, rompieron con el idealismo de la filosofía clásica alemana y rescataron la dialéctica de Hegel, y lo mismo hicieron rechazando la metafísica y el mecanicismo del materialismo inglés y francés. Por eso, señalaron que su concepción es materialista y dialéctica. Pero, no es una simple suma de materialismo más dialéctica, pues en Marx sufrieron una reelaboración creativa.
Mecánicamente se establece: “La naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica”
En su mismo estilo, Kohan vuelve a hacer uso de un razonamiento mecánico para atribuirle a Engels que: “En concordancia con la línea global de esta ontología naturalista, Engels sostiene que “la naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica”. ¡Toda una definición!”19Kohan, Op. Cit., p. 93.
Nuevamente, Kohan toma la expresión de Engels sacándolo de su contexto. Porque en la referencia aludida, Engels está refiriéndose a la historia del materialismo y la dialéctica, y en esta disertación señala que la investigación del mundo natural se vio limitado por el “modo metafísico de pensar” de los científicos naturalistas que no podían comprender ni explicar las contradicciones que encontraban en la naturaleza. Así, Engels dice: “Todos estos hechos y métodos de pensamiento encajan mal en el marco del pensamiento metafísico. Para la dialéctica, en cambio, que concibe las cosas y sus reflejos conceptuales esencialmente en su conexión, en su encadenamiento, su movimiento, su origen y su perecer, hechos como los indicados son otras tantas confirmaciones de sus propios procedimientos. La naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica, y tenemos que reconocer que la ciencia moderna ha suministrado para esa prueba un material sumamente rico y en constante acumulación, mostrando así que, en última instancia, la naturaleza procede dialéctica y no metafísicamente.”20Federico Engels, Anti-Dühring, Op. Cit., pp. 8-9.
Como leemos, Engels sostiene que para los problemas teóricos encontrados por las ciencias naturales el pensamiento metafísico es incapaz de resolverlos, la que solo pueden hacerse con la dialéctica, y en este contexto afirma “la naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica”. Es falso, pues, que Engels sostenga que la dialéctica está presente exclusivamente en la naturaleza como Kohan insinúa. Además, como veremos luego, el mismo Engels se encarga de decirle al profesor que la dialéctica está también en el mundo social y en el mundo de las ideas.
“La dialéctica es la ciencia más general del movimiento del ser”
El mismo pensamiento mecanicista de Kohan lo lleva a realizar otras inferencias erróneas Por la naturaleza del artículo, solo nos referiremos a una más. El profesor dice textualmente: “Si el principal objeto de estudio y reflexión estaría constituido por la naturaleza (recordemos que anteriormente identificaba a esta última con «el ser»), la dialéctica se termina concibiendo, en consecuencia, como la ciencia más general del movimiento del ser.”21Kohan, Op. Cit., p. 93
Es el razonamiento de la lógica tradicional. Si Engels es materialista, entonces su principal eje de estudio es la naturaleza, y como la naturaleza es el ser, entonces, la dialéctica “es la ciencia más general del movimiento del ser”. Y así, no tiene embarazo de acusar al marxismo de mecanicista, determinista y tantas otras cosas. No vamos a repetir la concepción de Marx y Engels sobre la unidad dialéctica entre el espíritu y el ser. Únicamente citaremos a Engels que refuta su inferencia reduciendo la dialéctica a la naturaleza. Engels dice explícitamente: “La dialéctica no es, empero, más que la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento.”22Engels, Anti-Dühring, p. 131
La teoría del conocimiento de Engels, diseñado por Kohan
En este artículo no podemos dejar de comentar como Kohan busca desbaratar la teoría del conocimiento marxista. Ya vimos como Kohan decía que el “materialismo dialéctico” de Engels, era concebido “como una construcción ontológica”, y dejamos la parte final de la cita en que aseguraba que de ella “se derivan, en un segundo momento, consecuencias gnoseológicas”. Luego continua diciendo que: “Este conocimiento al que se le atribuye la propiedad de ser una imagen exacta de la realidad, producida por el cerebro humano —«el producto más alto de la materia en evolución»—, constituye la base fundamental sobre la que se asienta posteriormente la denominada «teoría del reflejo»; …”23Ibid., p. 94
La teoría del conocimiento marxista (gnoseología en la terminología filosófica) acaba de ser reducido a la “teoría del reflejo”. No existe en Marx y Engels ninguna “teoría del reflejo”, ni es lo sustancial de su teoría del conocimiento, es otra de las acostumbrada invenciones de Kohan. Decimos teoría del conocimiento marxista porque también Marx utiliza el concepto de reflejo y otros términos semejantes como imagen, representación, etc. como expresión de que el objeto de conocimiento “se refleja en el saber y en el pensamiento”.24Carlos Marx, “Manuscritos 1848”, en C. Marx y F. Engels, Escritos Económicos Varios, p. 115. El propio Kohan lo sabe, pues anteriormente hace una cita de la Ideología Alemana cuando Marx y Engels al hablar de la ideología utilizan la figura de la “cámara oscura”, de una máquina fotográfica, para indicar que el hombre y sus relaciones aparecen reflejadas en forma invertida en la conciencia de los hombres.25Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 40.
En ese mismo sentido, Marx en sus Grundrisse resume su método para conocer la realidad: “Si comenzara, pues, por la población tendría una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría analíticamente a conceptos cada vez más simples: de lo concreto representado llegaría a abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples. Llegado a este punto, habría de reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no tendría una representación caótica de un conjunto, sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones.”26Carlos Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse)1857-1859 1, p. 21, Siglo XXI Editores, México, 1978
Marx nos dice que todo conocimiento comienza por la realidad concreta, que en ese primer momento se refleja en la mente de una manera caótica. Analizando la realidad llegaríamos a captar sus elementos más simples mediante la abstracción hasta alcanzar las determinaciones más simples. En este punto, tenemos que hacer el retorno a la realidad concreta, articulando cada uno de sus elementos. Este concreto ya no sería caótico, sino una totalidad de múltiples determinaciones y relaciones. Esta totalidad está representada en el cerebro. Y de esta manera se llega a comprender la realidad, identificando en esas múltiples determinaciones, lo central, de lo secundario, los elementos que son articuladores del conjunto articulado, comprendiendo lo particular sobre lo universal, como una unidad.
Kohan, por supuesto se va por la tangente, después de decir que Engels se copia de Hegel el término del “reflejo”, dice que: “Engels no llega a captar aquí ni la reflexión ponente ni la reflexión determinante pues solo toma en cuenta el momento objetivo, […]. Se le escaparía la unidad sujeto-objeto, poner-presuponer.”27Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 94. Las categorías que se menciona corresponden a la teoría del conocimiento de Hegel, que nada tienen que ver con la marxista. La teoría del conocimiento de Hegel es resumida por Marx de la siguiente manera: “He aquí porque Hegel cayo en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que, partiendo de sí mismo, se concentra en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve por sí mismo, …”28Carlos Marx, Grundrisse 1, pp. 21-22
De esta manera el conocimiento parte de la idea, reflexiona sobre sí misma, y se hacer reflexión poniente y reflexión determinante. En este proceso la conciencia es el sujeto que conoce, mejor dicho, que se autoconoce porque conciencia y objeto son lo mismo como ya vimos anteriormente. En otras palabras, en este proceso, la conciencia tiene sólo un primer contacto con el objeto por medio de la percepción y aquí se forma una imagen, un reflejo, pero como esta imagen es un reflejo de sí misma, de la idea misma, ya no necesita relacionarse más con el objeto, es suficiente para ir reconociéndose a sí misma. Entonces la conciencia le atribuye un concepto, que luego irá afinando por la reflexión y le pondrá una esencia y así hasta llegar a la autoconciencia, culminando el proceso de conocimiento.
En Marx hay una relación dialéctica permanente entre el hombre que conoce y la realidad. Es en ésta que, con un análisis minucioso, debe descubrir sus elementos esenciales y la articulación entre todas sus partes. Considerando que el objeto de conocimiento es la realidad que existe externamente a la mente que conoce, lo que único que puede captarse en el cerebro las representaciones de la realidad como imágenes reflejadas.
Kohan es contrario a la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico, pero no sustenta su concepción. Si el considera que no existe reflejo de la realidad en la mente humana, es porque considera que el objeto mismo está dentro del cerebro, y sólo puede estar dentro si los conceptos, las ideas del conocimiento, son lo mismo que los objetos conocidos. En este caso, no solo debe criticar a Marx y Engels, sino que tiene que demostrarlo científicamente.
SE JUZGA AL MATERIALISMO DIALÉCTICO USANDO LAS CATEGORÍAS IDEALISTAS
Las categorías del idealismo clásico alemán son utilizadas para juzgar a la concepción marxista, categorías que no encajan en una nueva concepción del mundo que se construye con una nueva mirada, con una nueva perspectiva filosófica: materialista y dialéctica. Para Marx y Engels, como señalamos, no existe la dicotomía pensar y ser, ambos son una unidad, íntimamente relacionados pese a la diferencia que existe entre ambos. Espíritu y materia, en interacción dialéctica, existen en la realidad formando parte del ser humano; en otras palabras, son los elementos sustanciales que definen al ser denominado hombre. El ser hombre no puede existir sin cuerpo o sin espíritu, si le falta uno de esos factores no es un ser humano. Por tanto, para los fundadores del marxismo, el ser no es solamente la naturaleza, pues también lo es el mudo de los hombres y los hombres no pueden existir sin espíritu y sin sus creaciones espirituales.
Las categorías del ser y espíritu, separadas y en contradicción irreconciliable, sólo sirven a la filosofía idealista. Por eso, Marx prefiere hablar de realidad, que es todo lo existente independientemente de la conciencia de los hombres y por lo tanto hay una realidad material, una realidad social y una realidad espiritual. Así mismo, los conceptos de materialismo, el de dialéctica, el de contradicción, de lo social, de la historia, de ideología, negación, síntesis, etc. en Marx adquieren otra significación muy diferente a los manejados por la filosofía idealista y materialista anteriores.
El artículo no permite una mayor desarrollo, simplemente recordemos que el ser no significa simplemente naturaleza y está limitado a la propiedad de existir. Así Engels señala: “Cuando hablamos del ser y meramente del ser, la unidad no puede consistir más que en lo siguiente: que todos los objetos de que se trate son, existen.” Y en el párrafo siguiente redondea: “La unidad del mundo no estriba en su ser, aunque su ser es un presupuesto de su unidad, ya que tiene que ser antes de poder ser uno. Pues el ser es una cuestión abierta a partir del límite en el que se interrumpe nuestro horizonte. La real unidad del mundo estriba en su materialidad”29Federico Engels, Anti-Dühring, Óp. Cit., p. 30
Por eso mismo la conceptualización de materia y espíritu aparte de su conceptualización muy general siempre está abierta, como el mismo marxismo. Pero, no está abierta a cualquier argumentación especulativa y fuera de la realidad, sino abierta para enriquecerse con los nuevos conocimientos científicos en todos los campos y subcampos de la realidad. Así el ser es un concepto abierto a todo lo nuevo que el conocimiento vaya descubriendo teniendo en cuenta la multitud de formas de movimiento que aún nos depara la materia. Este mismo concepto en Marx tiene una significación diferente a las viejas concepciones idealistas y materialistas, de allí que Lenin definiera a la materia, en su Materialismo y Empiriocriticismo, como todo aquello que existe independientemente de la conciencia del hombre.
Por eso, Kohan y todos como él, se estrellan cada vez que apuntan a criticar al materialismo dialéctico en base a la concepción idealista y a sus terminologías. Su estrategia de disfrazar su crítica al marxismo como crítica a Federico Engels y al materialismo metafísico, es una estrategia fallida, porque el mismo Marx se ha encargado de presentarse como materialista dialéctico. Sobre esta falsa construcción y sobre todo comprensión del materialismo dialéctico, Kohan continuará sacando otras falsas conjeturas, como la de decir que para Engels la filosofía se subordina a las ciencias naturales, que la dialéctica es pensada como “una estructura de lo real” porque es construido “como una construcción ontológica”30Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 94, que para Engels las leyes naturales también “rigen para el ámbito humano”, si “hay determinismo en la naturaleza obviamente ―según este hilo discursivo― debe haberlo en lo social”31Ibid., p. 95., etc., etc.
AQUÍ NO SE TERMINA
Kohan supone casi al finalizar su libro, que ha liberado al marxismo del materialismo dialéctico; pero una teoría no puede ser simplemente negada. “Suprimido” el materialismo dialéctico ¿quién lo reemplaza? Nada, Kohan no presenta una concepción alternativa, lo que en términos reales significa que se impone la concepción dominante, los dogmas de los grupos de poder dominantes y del clericalismo. Sin embargo, nos dice, que al marxismo todavía le queda el materialismo histórico, y Kohan se propuso, también, terminar con él, pues sabe que el marxismo sin el materialismo dialéctico y sin el materialismo histórico, no le quedaría nada, sólo enunciados sueltos y desarticulados que sirven muy poco y no hacen daño al capitalismo, lo que nos obliga a seguir trillando con este supuesto «marxista» que quiere acabar con el marxismo.
Notas:
- El proletariado: clase dirigente de la revolución o sujeto histórico - septiembre 2, 2022
- !Marx Regresa! … ¿Pero debe hacerlo sin el materialismo histórico? - mayo 31, 2022
- Retornar al materialismo dialéctico por una izquierda revolucionaria - marzo 14, 2022
- 1C. Marx y F. Engels, El Manifiesto del Partido Comunista, pp. 39-40, Ediciones de Lenguas Extranjeras, Pekín.
- 2Néstor Kohan, Nuestro Marx, p. 91, Rebelión.
- 3Ibid., p. 91
- 4Ídem.
- 5Ibid., p. 92
- 6Ídem.
- 7Carlos Marx, El Capital, tomo I, p. XXI-XXII, Fondo de Cultura Económico, México, 1971.
- 8Ibid., p. XXIII.
- 9C. Marx y F. Engels, Obras Filosóficas, p. 680, Fondo de Cultura Económico, 1986
- 10Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 92
- 11Manuel Sacristán, “La tarea de Engels en el «Anti-Dühring», en F. Engels, Anti-Dühring, p. XXIII, Editorial Grijalbo, México, 1968.
- 12Néstor Kohan, Óp. Cit., p, 92
- 13Federico Engels, Anti-Dühring, p. 22, Editorial Grijalbo, México, 1968
- 14Carlos Marx, “Manuscritos económicos y filosóficos”, en C. Marx y F. Engels Escritos Económicos Varios, p. 85. Editorial Grijalbo.
- 15Carlos Marx, El Capital, Óp. Cit., p. XXIII.
- 16Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 93
- 17Federico Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana,
- 18Federico Engels, Anti-Dühring, p. 7, Editorial Grijalbo, México, 1968.
- 19Kohan, Op. Cit., p. 93.
- 20Federico Engels, Anti-Dühring, Op. Cit., pp. 8-9.
- 21Kohan, Op. Cit., p. 93
- 22Engels, Anti-Dühring, p. 131
- 23Ibid., p. 94
- 24Carlos Marx, “Manuscritos 1848”, en C. Marx y F. Engels, Escritos Económicos Varios, p. 115.
- 25Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 40.
- 26Carlos Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse)1857-1859 1, p. 21, Siglo XXI Editores, México, 1978
- 27Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 94.
- 28Carlos Marx, Grundrisse 1, pp. 21-22
- 29Federico Engels, Anti-Dühring, Óp. Cit., p. 30
- 30Néstor Kohan, Óp. Cit., p. 94
- 31Ibid., p. 95.